Biodiversidad
Fuente: Pixabay
Hoy, domingo 24 de enero de 2021, día en que se comienza a escribir esta publicación, aparece en el diario El Mercurio de Valparaíso en sus páginas 10 y 11 del suplemento, el resultado de la “Encuesta de Calidad de Vida en la Región de Valparaíso” realizada por la Fundación Piensa y Caja 18, titulado:
“Estado de las ciudades es la máxima debilidad regional”
No es necesario entrar en los detalles de la encuesta para tener una idea de cómo le fue a la región dado el titular, aún así, el promedio deja que desear, con un puntaje de 217 sobre los 1000 puntos a los que llega la encuesta. Hay que dejar claro, que un promedio se ve muy afectado por los valores más alejados de la media, por ende, a depender de la comuna que se analiza, su nota individual puede ser muy distinta. Lo cual puede ser bueno, o malo.
De todas formas, esta nota nos ha hecho pensar sobre el panorama actual y futuro no solo de la región, sino también del país. Los últimos dos años para Chile han sido intensos, colocando temas no resueltos desde hace décadas sobre la mesa, además, y como al resto del planeta, en una especie de jaque lógico-emocional respecto de cómo afrontar de mejor forma la pandemia.
Ante esto, aparece una palabra [bio]diversidad, que pareciera lograr reunir en un gran porcentaje a todos los actores sea cual sea su color, tamaño, e importancia, en un solo término. Para Chile, esta palabra es particularmente relevante, en primer lugar, dada su extensión territorial, de 4270 km de largo y 445 km en su parte más ancha, que para quién no ha tenido la suerte de conocerla queda invitado a viajar un poco con estas notas de Ladera Sur, que influye directamente en los distintos climas presentes en el país, lo que a su vez crea escenarios completamente distintos entre [eco]regiones, para luego, una vez más en un espacio de no más de 200 km tener realidades muy diferentes desde la Costa, pasando por el Valle Central, hasta la querida Cordillera de los Andes.
Imagen 1: Ecorregiones de Chile página 10, Fuente: Gedeco.cl
Como se podrán imaginar, esta extensa [bio]diversidad con sus respectivas realidades, hace que las formas de afrontar los desafíos sean distintas de un lado a otro, un ejemplo bastante simple, acá en Viña del Mar, la ciudad tiene una mala o poca capacidad de sobrellevar una lluvia "fuerte" sin inundarse, suceso que para ciudades un poco más al sur del país sería algo cotidiano, o que pasa casi desapercibido. Estas múltiples realidades se transportan también a la esfera de lo psicológico, basta con analizar a grandes rasgos la personalidad de alguien "de región" con alguien de Santiago.
Esperando que haya cierta claridad en cuanto a la gran [bio]diversidad presente en el país, ahora surgen las siguientes interrogantes/reflexiones que quizás podrían influir en los resultados de la encuesta:
¿Por qué sabiendo que existen un tal número de realidades, las decisiones no se dejan en manos de quien conoce el territorio? (Por el lado práctico de las cosas, sería menos trabajo para el gobierno central, a nivel regional o nacional).
¿Qué hace que no tengamos en el país visión de futuro más allá de los años de los mandatos políticos?
¿Cuál es nuestro propósito como nación?
Por el lado emocional, da la sensación de que estamos un poco perdidos en el día a día, reaccionando a todo lo que ocurre, y de que esa claridad que se menciona más arriba no está. En buen chileno "nos pilló la máquina" y no hemos sabido cómo salir de ella. Incluso con el gran cambio a nivel constitucional que tendremos, antes de poder ver los cambios pasarán por lo menos 10 a 20 años siendo optimistas. La "bajada de la constitución" a leyes, decretos, etc., no será de la noche a la mañana.
¿Estamos dispuestos a aceptar nuestra realidad actual, y trabajar por un mejor futuro? (Por favor no pensemos en horarios laborales de 14-16 horas, ni siquiera 8, sino en que las horas invertidas lo valgan, que sean eficaces, cantidad ≠ calidad, que se entienda... cantidad no es lo mismo que calidad)
Los resultados de la encuesta, van más allá de simples números en papel, y eventos puntuales que hagan que como ciudadanía percibamos el deterioro de nuestro entorno. Los resultados, desde una perspectiva quizás inocente, dan a entender que existe un desvinculamiento entre las personas y su responsabilidad para con el territorio. Como si esa tarea de mantener el espacio fuese de otro, al menos en las áreas urbanas.
Entonces, ¿de quién es tarea de descentralizar, del gobierno central, o de nosotros mismos?
¡Un abrazo y nos vemos dentro de poco!
